Si el Madrid tuviera que elegir a su bestia negra europea, a su ogro particular, no dudaría. Ni Olympiacos ni Barça, señalaría con firmeza al Maccabi. No hay equipo que le haya puesto tantas zancadillas en la historia reciente. La última, en mayo pasado, en la Final Four (82-63). Un año antes, el triunfo amarillo en Vistalegre birló a los de Messina el primer puesto del Top-16 y, a la postre, el regreso a la élite. En marzo de 2008 el equipo israelí había tocado de muerte el proyecto de Plaza con aquel triple de Halperin que cambió tantas cosas en la relación entre la plantilla y el técnico. Y la lista sigue: hace cinco años La Mano de Elías recibió a Bullock, Reyes y compañía con una pancarta al estilo Etoo: "Madrid, ca..., saluda al campeón". Un resbalón de una hinchada que siempre mostró respeto reverencial por los madridistas más históricos.
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